miércoles, 27 de julio de 2011

Monólogo ex-interior

Empiezo a sentirme ciego, pero tampoco dejaré que nada aparezca. Sigo corriendo, ¿por qué? Creo que estaba huyendo de algo. ¿O era alguien? Esta calle no la conozco, aunque suelo ser perseguido por calles que no conozco. Me gusta más: nunca sabes lo que puede ocurrir, y eso lo hace aún más excitante.

No creo en las aventuras y ya hace tiempo que perdí la noción de seguir viviendo. Cuando todo te sonríe, tú enmudeces. Supongo que será lo mismo desde el otro lado, pero tampoco creo mucho en los cambios: solo se llega a malentendidos más o menos felices. Los hechos, las historias, las vidas y las personas son distintos, pero la verdad es la misma, nunca cambiará de color. Todo pasa, nada queda.

Quisiera detenerme aquí un momento, pensar en esas cosas que nunca dije, recordar los lugares que nunca frecuenté, derretir las montañas que nunca escalé, y así llegar al núcleo y entender, de una vez por todas, que la vida nunca decidirá por nosotros mientras no dejemos que lo haga. Porque el destino último será nuestro.

2 comentarios:

  1. Me apunto al ojo del huracán que, por cierto, es el nombre de un CD del mítico grupo de Rock argentino "La Renga"
    http://www.youtube.com/watch?v=8r5ZXzOj3io&feature=related

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  2. Apasionante tu texto, y se va desarrollando como una avalancha de eventos en la que lo menos importante pareciera ser el hombre, y verás, esto lo hace más apasionante.
    Te felicito y te invito a que pases por mi espacio.
    Un abrazo,
    Luis Carlos
    Saudades da volta/colordelamadera.blogspot.com

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