miércoles, 27 de julio de 2011

Monólogo ex-interior

Empiezo a sentirme ciego, pero tampoco dejaré que nada aparezca. Sigo corriendo, ¿por qué? Creo que estaba huyendo de algo. ¿O era alguien? Esta calle no la conozco, aunque suelo ser perseguido por calles que no conozco. Me gusta más: nunca sabes lo que puede ocurrir, y eso lo hace aún más excitante.

No creo en las aventuras y ya hace tiempo que perdí la noción de seguir viviendo. Cuando todo te sonríe, tú enmudeces. Supongo que será lo mismo desde el otro lado, pero tampoco creo mucho en los cambios: solo se llega a malentendidos más o menos felices. Los hechos, las historias, las vidas y las personas son distintos, pero la verdad es la misma, nunca cambiará de color. Todo pasa, nada queda.

Quisiera detenerme aquí un momento, pensar en esas cosas que nunca dije, recordar los lugares que nunca frecuenté, derretir las montañas que nunca escalé, y así llegar al núcleo y entender, de una vez por todas, que la vida nunca decidirá por nosotros mientras no dejemos que lo haga. Porque el destino último será nuestro.

viernes, 15 de julio de 2011

Érase una vez...


Érase una vez una persona, un motivo, una necesidad: "¿debo escribir?" -se preguntaba en la hora más silenciosa de su noche. Buscó consejos, buscó ayudas; hasta que comprendió que solo había una salida: buscar la respuesta dentro de sí. Hizo la prueba: construyó su vida a partir de ese impulso, excavó en las profundidades de su ser, según esa necesidad, entrando hasta en su hora más indiferente.
Ahora su vida es un signo y testimonio de esa necesidad.

El Guionista intentará, como el primer hombre, expresar lo que ve y lo que siente, lo que ama y lo que pierde, aunque las palabras, letras unidas para crear significado, nunca sean suficientes para expresarlo todo y no valgan nada por sí mismas.

Bienvenido al lugar de los lugares: estás en el ojo del huracán.